lunes, 9 de diciembre de 2013

En 1957 Karl Steinbuch añadió la palabra alemana Informatik en la publicación de un documento denominado Informatik: Automatische Informationsverarbeitung (Informática: procesamiento automático de información). En ruso, Alexander Ivanovich Mikhailov fue el primero en utilizar informatika con el significado de estudio, organización, y la diseminación de la información científica», que sigue siendo su significado en dicha lengua. En inglés, la palabra Informatics fue acuñada independiente y casi simultáneamente por Walter F. Bauer, en 1962, cuando Bauer cofundó la empresa denominada Informatics General, Inc.
 Dicha empresa guardo el nombre y persiguió a las universidades que lo utilizaron, forzándolas a utilizar la alternativa computer science. La Association for Computing Machinery, la mayor organización de informáticos del mundo, se dirigió a Informatics General Inc. para poder utilizar la palabra informatics en lugar de computer machinery, pero la empresa se negó. Informatics General Inc. cesó sus actividades en 1985, pero para esa época el nombre de computer science estaba plenamente arraigado. Actualmente los angloparlantes utilizan el término computer science, traducido a veces como Ciencias de la computación, para designar tanto el estudio científico como el aplicado; mientras que designan como information technology ( o data processing, traducido a veces como tecnologías de la información, al conjunto de tecnologías que permiten el tratamiento automatizado de información.

 En el siglo XVII, el famoso filósofo y científico francés Blaise Pascal, a muy temprana edad, inventaba lo que él mismo denomino "máquina calculadora " que, aunque claramente más rudimentaria que las actuales, ya definía las trazas de la mecánica de éstas. El principio de funcionamiento era similar al del primitivo ábaco, es decir, utilizaba el sistema de numeración decimal, pero las primitivas varillas del tradicional instrumento chino habían sido contruidas por un número determinado de ruedas dentadas, de forma que al rodar diez dientes de la primera rueda avanzaba un diente de la segunda; al rodar diez dientes de la segunda lo hacía un diente de la tercera y así sucesivamente.

 Evidentemente, dicha máquina sólo servía para sumar y restar y además, dado que utilizaba la única tecnología imperante en la época basada en supuestos mecánicos, su utilización era más bien tediosa y estaba sujeta a numerosos incovenientes. De hecho, el aspecto fundamental de esta primera máquina de calcular no radicaba en su utilidad (a menudo resultaba mucho más rápido realizar las operaciones manualmente) sino en el concepto mismo de máquina calculadora que Pascal, con la perspectiva de futuro que caracteriza a todos los grandes genios de la humanidad, supo entrever en su complicado artefacto.

 Inspirados en este diseño, un siglo más tarde otros científicos trataron de emular a Pascal y construyeron máquinas que, como la del científico alemán Mattieu Hahn en el año 1779, podía realizar las cuatro operaciones aritméticas fundamentales. Sin embargo el mátematico alemán Leibnitz quien se adelantó más al desarrollo y construyó, por primera vez, una máquina que sirviera de enlace entre un problema y su resolución. Así, el científico alemán diseño un artefacto que permitía, además de las tradicionales sumas y restas, la realización de operaciones de multiplicación y división mediante adiciones y substracciones acumuladas respectivamente. Podemos asegurar que en ese momento había nacido la primera máquina calculadora propiamente dicha.

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